jueves, 24 de mayo de 2012

Carta a mis hijos



Queridos hijos:

Os quiero.

Por existir, por llegar a mi vida y dotarla de tanto sentido. Antes de vosotros, no sé qué hacía yo en el mundo. De verdad que no lo sé. O sí lo sé, pero no me acuerdo, ni quiero acordarme.

Por llenarme, por completarme, por ser mi motor, mi fuerza, mi motivo, mi vida.

Porque sacáis lo mejor de mí. Porque me hacéis mejor persona, o, como mínimo, menos mala. En realidad, solo he conocido a tres personas buenas (vuestro padre es una), y yo no me parezco en nada a ellas, así que mejor así, lo dejamos en que me hacéis menos mala.

Porque también seríais capaces de sacar lo peor, si fuera necesario, os lo puedo asegurar. Siempre he pensado que nadie como los hijos puede hacer aflorar el lado felino de una mujer con más eficacia y contundencia.

Por esa carita que se os ilumina cuando, al salir del colegio, me veis esperando en la puerta. Y por esa carrera que culmina en un abrazo tan fuerte que casi siempre conseguís tirarme al suelo. Hacéis de ése el mejor momento del día.

Por pedirme que os cuente un cuento cada noche ("¡E'que papá no sabe!"), y por disfrutar tanto con mi entonación tan teatrera y exagerada.

Por hacer del "Jesusito de mi vida (que erez niño pocoyó)" la poesía más dulce y tierna que jamás haya podido escuchar.

Porque cuando creo que todo me sale mal y que mi vida es un asco y me empiezo a hundir, como el pobre Artax, en los Pantanos de la Tristeza, solo tengo que veros sonreír o preguntaros cuánto me queréis o hundir la nariz en vuestra barriga y haceros una pedorreta, para volver a ser feliz y dar gracias al cielo por ser tan afortunada de teneros.

Porque, gracias a vosotros, he tenido sentimientos que nunca pensé que existieran. Ni con tanta intensidad tampoco. Es tanto mi amor por vosotros, que, a veces, lloro solo de pensar en ello. Y lloro porque tanto es lo que os quiero que, de vez en cuando, tengo que vaciar un poco mi corazón, que, de tan apretado y lleno, lo siento explotar.

Gracias por vivir, por estar sanos, por ser felices, por ser niños.


No quiero terminar esta carta sin desearos que encontréis una compañera (o compañero, lo que sea) que os sostenga y os dé tanto amor y calor como lo hace vuestro padre conmigo.

Hoy no ha sido un buen día. Pero aquí estáis vosotros, para que no acabe tan mal como ha empezado.

Yo os voy a pedir un favor: quedaos a mi lado, por favor, pase lo que pase. Que no entiendo mi vida sin vosotros.

Mamá.


1 comentario:

  1. jo Cris vaya carta mas bonita! si es que vas a ser toda una artista! fotografa, escritora... que mas secretos guardas en ese baul tan magico que tan escondido lo tienes????? eeeeehhh????
    un beso y abrazo de tu Bebe y amiga Pam

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